Es curioso cómo todo pasa sin darnos cuenta. Alguien dijo que la vida es sueño, y, sí, yo estoy soñando. Las decisiones se toman sin siquiera saber que lo son. Las preguntas que no se hicieron quedan en el aire, hasta que caen como lluvia en la inevitable tormenta. ¿Por qué no llovió antes? ¿Por qué esta lluvia no me liberó del calor axfisiante de mi desierto? Tenía sed, y bebí de la fuente equivocada. Busqué mi oasis en lugar de cavar para beber del río que me daba la vida. Encontré la lámpara de Aladino, y mi espejismo. Ahora mi sueño se desvanece. Fue el principio de fin. Y el fin de mis principios.
Y llueve.
Y quiero beberme hasta la última gota de este fin, antes de reencontrar mis principios.